domingo, 7 de febrero de 2010

Políticos de cuatro hojas

Un político de cuatro hojas se asemeja a un trébol con el mismo número de apéndices en la dificultad real de encontrarlo. Pero... ¿Quién no ha tenido una de esas pequeñas plantas entre los dedos o, al menos, quién no ha perdido el tiempo en alguna ocasión buscando entre un millar de ejemplares durante un día de campo? ¿Por qué con los políticos no ponemos el mismo empeño y a la primera de cambio damos por supuesto que todos son más de lo mismo? ¿Por qué no intentamos reflexionar sobre quién merece la pena y por qué, en lugar de dejarnos llevar por ese runrún que nos sugiere que es imposible?

Una buena manera de identificar a un político de cuatro hojas es preguntarle por qué quiso un día dedicarse a la política. Os animo a que lo hagáis con el político que tengáis más cerca. Quizá alguno nos sorprenda. Quizá a alguno le cojamos en un renuncio o quizá a más de uno le recordemos algo que ya ha olvidado. No hablo de candidatos a la presidencia de un Gobierno. Hablo de cualquiera cuyo nombre figure en una lista electoral, lo que nos lleva a pensar... ¿Decide él ir en la lista? ¿Lo decide el Partido? ¿Cómo lo decide el Partido? ¿Quién es el Partido? ¿Los afiliados o la ejecutiva? ¡Cuántas preguntas de las que a veces preferimos no saber las respuestas!

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