martes, 23 de marzo de 2010

Cultura y ciencia del estómago

El cocinero catalán Ferran Adrià y otros seis prestigiosos cocineros españoles impartirán a partir del próximo mes de septiembre un inédito Curso de Cocina y Ciencia en la Universidad de Harvard (EEUU). Según el profesor de Harvard, David Weitz, su propósito es que los estudiantes "se sirvan de la gastronomía para hacer ciencia".

Se puede interpretar este hecho como una goleada de lo material frente a lo espiritual. Está claro que la gastronomía es cultura pero de ahí a convertir en ciencia la habilidad de deconstruir huevos... En España van a abundar los catedráticos. Debe ser una consecuencia más de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

7 comentarios:

  1. A mi me parece que has dado una vuelta facilona al tema. La cocina se sirve de la ciencia para reinventarse y la cocina actual, no sólo la deconstructiva, está avanzando mucho y aplicandose a fondo para crecer a unos niveles brutales. No es cuestión de catedráticos, es cuestión de aprender de todo lo que nos rodea y, en este caso, la aplicación que se está haciendo de la ciencia y el arte es impresionante.
    Por una vez discrepo.
    Un abrazo,
    Kit

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  2. Me alegro de que discrepes, Kitty.

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  3. Y ahí va mi respuesta a tu discrepancia. Sabes bien que no quiero que dejes de invitarme a comer a tu casa.

    Convertir la elaboración de comidas en un arte es algo totalmente loable. Es parte de la capacidad del hombre de transformar en bello todo aquello que conforma su ser. Y, en palabras del filósofo Juan Cruz Cruz, "El gastrónomo no puede ser indiferente a las fases o fluctuaciones de la moda. Y de hecho se verá cada vez más urgido a colaborar en ideales estéticos de la moda referente a la morfología somática" (Del libro: Teoría Elemental de la Gastronomía)

    Ahora bien, en mi post no trataba de juzgar si el arte gastronómico o la "alta cocina" son malos o buenos. Lo que quería transmitir es que cuando la proyección internacional de un país o de una sociedad entera como la española se reduce a ello, es que algo falla. ¿No te parece?

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  4. Bueno... visto así... me parece que lo reduces mucho pero lo respeto.

    Ahi va mi respuesta. Como tu bien sabes, estudié Hostelería un año (lo dejé pero aprendí). Lejos de lo que se pueda pensar no pasaba las horas en la cocina, esa era una asignatura más. Estudiaba cocina, no sólo practicaba. Ayer discutí sobre este tema con el diseñador (gracias por darnos temas de conversación), y llegamos a un punto muy interesante: ¿Es ciencia la historia, la filosofía, el arte, la literatura? Él dijo que en si mismos no son ciencia sino que el estudio de esas materias es la ciencia. Pues ahi está la respuesta: La cocina, en si misma, no es ciencia sin embargo su estudio si lo es.

    Más cosas: Te voy a pasar unos dvds fantásticos de Ferrán Adriá para que entiendas lo que quiero decir con esta respuesta.

    Para terminar: Para deconstruir un plato o hacer una receta tradicional es necesario el conocimiento de la física, la matemática y la química (entre otras materias). Las ciencias aplicadas a la cocina...

    Seguimos hablando otro día y te invito a macarrones con tomate, pollo empanado, coulange y cocacola.

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  5. Cristina, sigues haciendo hincapié en lo que yo ya tengo claro, pero debo decirte que la materia objeto de estudio también es importante para saber qué importancia tiene la ciencia que la estudia. Me temo que tu argumento te hace caer de lleno en el peligro de poner al mismo nivel todas las ciencias y artes... cuidado. En concreto, pienso que (sin quitarle merito) el estudio de la cocina y la aplicación de las ciencias al mundo de la cocina es menos importante que el estudio de la historia, el arte o la filosofía.

    Te obcecas en la defensa del arte de cocinar cuando lo que yo quiero poner de relieve es el desequilibrio en la proyección de la imagen de un país. Como tú bien sabes, cualquier ingrediente en cocina puede ser bueno pero siempre como parte de un conjunto. Demasiada azúcar... mal. Demasiada sal... mal. Sólo dudaría en el caso de que hubiera exceso de nueces de macadamia.

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  6. jajajajaja... me temo que nunca nos pondremos de acuerdo... demasiado cabezotas los dos.
    Las nueces de macadamia... ¡ni se te ocurra tocarlas!

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